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Todos nosotros tenemos lo que decimos muchos amigos. Más bien había que decirles amiguetes, porque realmente amigos hay pocos. Yo sí puedo decir que Manolo es mi amigo. Con él comparto muchas cosas, y entre ellas la afición a la caza. Justamente durante este tiempo estamos más unidos que nunca junto a otros amigos con los que compartimos afición. Todos los fines de semana nos reunimos en un pequeño cortijo para practicar este noble arte a veces mal comprendido por algunos. Tenemos una especie de competición donde nos retamos a ver quién cobra más piezas al final de cada temporada. Y para el ganador, entre el resto, tenemos que hacerle algunos regalos originales pero con la condición de que sean regalos baratos. No se trata de tirar la casa por la ventana.
Mira por donde, justamente este amigo del que os hablo, Manolo, ha sido el que este año se ha llevado el premio. Por lo que cada uno de nosotros tendremos que hacerle regalos originales como reconocimiento a su pericia. Aunque yo creo que también le ha acompañado la suerte que otros no hemos tenido. Yo por mi parte le he buscado en internet algunas ideas de regalos baratos pero que también él sepa apreciar más allá de su valor comercial. Si hay algo que más o menos todos conocemos de él, es su afición por la bebida. No estoy diciendo en absoluto que sea un alcohólico, sino que disfruta mucho compartiendo con sus amigos unas cervezas o alguna que otra copa. Así que con esta idea estuve buscando regalos baratos pero que a la misma vez fuesen regalos originales. En cuanto que vi la jarra de cerveza con timbre, pensé que era un regalo perfecto. Sencillo y barato. Tenía una capacidad de 300 cl., pero con un toque que le hacía realmente genial. No sé cómo a alguien se la ha podido ocurrir esto, pero es una muy buena y divertida idea. En el asa de la jarra, le han puesto el timbre típico de una bici. Así, cuando se te acaba la bebida, puedes hacer sonar el timbre para pedir que te la vuelvan a llenar. Además venía decorada con unas frases escritas en alemán. Eso era lo de menos, me refiero a entender lo que decía, pero resultaba doblemente atractiva. Otro de los regalos que podrían valerle era un llavero petaca metálica. Era la típica forma de una petaca, pero algo más pequeña donde uno podía colocar las llaves. No sé si sería suficiente para Manolo. Pero por lo menos para tomarse una copa bastaría.
De estos dos regalos baratos, al final decidí que le regalaría la jarra de cerveza con timbre. A la velocidad que este bebe la cerveza fría y sobre todo en pleno verano después de un día de caza, ya estaba yo escuchando el timbre sonar cada pocos minutos. No sé si resultaría molesto, pero sin duda uno de los regalos originales más divertidos.